Colegio cerrado lamentablemente, lo que desmotivó a muchos seguro, además del partido con Brasil. Tantas razones, la cosa fue que para juntar al grupo que finalmente jugó se sufrió. Fuimos 12 al final, empezamos a las 11 y algo más -otra de esas hazañas "madrugadoras"- y pudimos disfrutar de una mañana deportiva y divertida.
Apareció Gerardo alias la Perra -otro del que no me acuerdo apellido-, después de muchos domingos. Vale porque, además, ayudó a completar el desbalance de gente.
La pichanga, como dije, fue divertida, aunque el sol ayudó a que el desgaste fuese considerable. Sino, miren las caras después de unos 30 minutos de haber empezado. Al borde de la deshidratación.
Pero nada de eso afectó la forma en que la pelota nos hipnotiza a la hora de jugar. Nada importa más que ella, es un momento mágico.
Recordar el domingo a mitad de semana inyecta energía. Mañana sigo con más cosas de este último domingo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario