Efectivamente amigos míos y hermanitos de la bien ponderada promoción Maristas 91, poco a poco se va extinguiendo ese fervor fulbitero que alguna vez percibí hace 6 años creo cuando por fortuna o por accidente, o por nostalgia, no recuerdo bien, volví por esos muros celestes que fueron construidos y pintados con la plata de mi viejo y de muchos de ustedes, incluso hay un vitral de la mampara principal (puerta derecha, parte inferior para ser más exactos) que debería llevar mi nombre, gracias al sapazo de Rómulo tuve que juntar mis monedas y pagarlo sino era víctima de un veto vitalicio por haber rajado el vidrio de un puntazo inocente y totalmente involuntario, ...y sí señores, era eso, el afán por llegar rápido a la canchita de cemento donde vendía su muerte lenta nuestro recordado Mauro , la emoción que todos los domingos nos envolvía por llegar minutos antes de las 9 para no ser relegados y formar parte del tercer equipo o cuarto en muchos casos, seguro recordarán algunos de nosotros (los que quedan, por cierto) que hasta cuadrangulares hemos tenido, sobretodo en veranos pasados cuando la gente buscaba como pretexto perseguir al balón cuando el real motivo era, y todos lo sabíamos, meterse sus chelitas hasta que el gringo se esconda y caiga el manto, o hasta cuando los recién casados eran recordados por sus esposas que la palabra libertad ya no tenía sentido para ellos y la jornada fulbitera terminaba para todos nosotros, felizmente unos pocos hasta ahora creo, aunque hay muchos que, me cuentan, siguen luchando para volver a las filas de los solteros... y sí señores, entonces pues hagamos todo lo posible por recuperar eso y revivir jornadas intensas y cargadas de adrenalina y de risas por todo el ambiente que seguramente alguna vez hemos experimentado yendo a la pichanga de los domingos, de mi parte haré todo lo posible para no fallarles aunque mi cuerpo mas no mi alma pueda reencontrarse con ustedes sobre el rectángulo de cemento las primeras horas de los domingos, esperemos pues señores que este espacio sirva no sólo para escribir cojudeces y demás, sino para recuperar las terribles pichangas de los domingos...cómo no recordar carajo cada jugada, cada caída, cada pelotazo, cada mentada de madre, jugadas que pagaría por volver a ver carajo como aquella en la que paolo (clímaco), como soldado del lado oscuro, metío tremendo uñazo al balón (12okm/h aprox) en una de nuestras canchas alternas (dora mayer) directo al parietal izquierdo de nuestro compañero francisco villamón (cuto blanco, obviamente no por el parecido sino por lo heterodoxo de su "juego") y poco más y juega rum rum con su ojo izquierdo, tanto así que tuvimos que improvisar una mesada para recordarle a mi compadre sus datos personales, número de celular, etc, y el motivo de su existencia en este planeta, hasta ahora me cago de risa al recordar esa escena y algunas otras...bueno señores los espero entonces para participar en una edicióm más de la pichanga de los domingos!!!
Luchito
miércoles, 8 de agosto de 2007
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2 comentarios:
¡Qué buena Lucho! Ese dejavu pone nostálgico a cualquiera. San Marcelino...ruega por nosotros...Amén!
Desgraciados... cuto blanco, ya van a ver.
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